martes, 22 de noviembre de 2011

EL CIELO DE MI MALAGA

Os contaré lo que me pasó ayer por la tarde: 
Me encontraba sentada en la terraza, liada en una manta de mil colores. Sencillamente me dedicaba a observar como las luces de Málaga se iban encendiendo poquito a poco. De repente, mi ojos se clavaron en un barco que podía distinguir a lo lejos, me puse a imaginar la gente que iría en él y como se lo estarían pasando.
No sé cuanto tiempo pasó, pero sin darme cuenta estaba observando un avión que dibujaba una línea perfecta en el horizonte. Ahí estaba yo imaginándome una nueva película: ¿Cómo serían las personas que iban en ese avión? ¿Hacía dónde irían? ¿Qué  idioma estarían hablando entre ellos?
Sentía como me iba adentrando en un mundo mágico que sólo las estrellas ya conocían.
Dejé caer mi cabeza hacía atrás, apoyándola en la silla, mirando al cielo y descubriendo en él mil figuras entre el mar infinito de nubes. Pensé en mis antepasados y comprendí que era el mismo cielo que años atrás habrían observado.
Mi gratitud a la vida es infinita y  la sensación de sentirte libre es grandiosa. Una vez que experimentas algo así tu mente quiere que vuelvas a tu vida dormida, intentas engañarte pensando que esa experiencia ha sido un sueño, pero es exactamente esa Verdad la que intentas esconder, ya que no estabas dormido.
Estar despierto es ser consciente de tu propio ser, saber que eres perfección. Saber que somos dignos de vivir en esta Tierra y somos libres de elegir nuestro destino, solo es necesaria una cosa: Tener Ganas de Hacerlo.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Principios para una buena vida

Cuando tengas un pensamiento que no cuadre con tu más alta visión cámbialo por otro nuevo, inmediatamente. Cuando digas algo que no se ajuste a tu más grandiosa idea, toma nota de no volver a decir de nuevo nada semejante. Cuando hagas algo que no cuadre con tu mejor intención, decide que esa sea la última vez que lo haces. Y siempre que puedas haz el bien sin mirar a quién.
Trata de entender dos cosas con respecto al universo:
La primera, es que ninguna circunstancia es "buena" o "mala". Simplemente es, no hagamos juicios de valor.
La segunda, todas las circunstancias son transitorias. Nada se mantiene igual, nada permanece estático. De qué manera cambie, es algo que depende de ti.